Diversidades sexo-genéricas y vejeces

La diversidad está presente en todas las edades

Durante julio de este año en Espacio Reconto aperturamos una nueva línea de desarrollo: Diversidad sexo-genérica y vejeces, la que plantea una serie de hitos relevantes para instalar la temática en el ámbito social, así como en el quehacer psico-gerontológico. Para llevar a la práctica este desafío Patricia Pinto Aguilar, psicogerontológa y fundadora de Espacio Reconto invitó a participar como profesional colaborador a Azul Puig, antropólogo social y artista autodidácta, interesado en la salud mental de personas mayores del colectivo LGTBIQA+.

Primera fase: visibilizar

Aperturar el tema en el mes del Orgullo

En nuestro 2° episodio, del Podcast de Espacio Reconto “Salud mental y derechos humanos: un desafío intergeneracional”, y en el marco del pasado 28 de junio Día Internacional del Orgullo, tuvimos un nuevo encuentro para dialogar sobre estos grandes pilares: los derechos humanos y la salud mental. En esta oportunidad compartimos con Penny Peralta, psicóloga y fundadora del Centro Espacio Seguro y José Tomas Díaz psicólogo pasante del mismo centro.

En este episodio, buscamos visibilizar y dar lugar a la vida de muchas personas mayores que se reconocen a sí mismas como parte del colectivo LGTBIQA+, intentamos aproximarnos a sus experiencias, temores y alegrías, las que fueron expresadas en el «Grupo de Encuentro para Adultos y Personas Mayores LGTBIQIA+”, moderado por José Tomás. Reflexionamos sobre la doble discriminación que viven las personas mayores del colectivo LGTBIQ+, la homo/lesbi/trans+ fobia y el viejismo.

Aquí puedes escuchar lo que fue este interesante episodio de nuestro Podcast.

Difundir por las RRSS

Esta primera fase incluyó diversas actividades de difusión a través de nuestras redes sociales, las que buscan visibilizar la importancia de hablar de diversidad en las vejeces, en este caso de integrar dentro de los imaginarios, discursos colectivos y también en las prácticas cotidianas a las personas mayores del colecto LGTBIQA+.

Una de las acciones que realizamos fue crear material de sensibilización que llamamos Brevario «Cómo podemos contribuir al buen trato hacia las personas. mayores pertenecientes a la diversidad sexual y de género», lo difundimos a través de las redes sociales, lo hicimos en formato carrusel y lo compartimos por el instagram y facebook de Espacio Reconto. Material que tuvo muy buena llegada y fue compartido por muchas personas en sus cuentas personales y de organizaciones a fines.

En esta primera fase, también realizamos un Live por Instagram, sobre «Diversidad sexual en las vejeces: convivencia cotidiana e investigación inclusiva», donde Azul Puig y Patricia Pinto Aguilar entrevistaron a Esteban Rojas, antropólogo social de la Universidad de Chile e investigador gay interesado en envejecimientos no normativos y LGTBIQA+, quien además, en la última marcha por el Día del Orgullo llevó consigo una pancarta visibilizando el estigma y edadismo que viven las personas mayores de la comunidad LGTBIQA+, lo fotografiaron en ese momento y se viralizó en las cuentas relacionadas a temas de personas mayores.

En el Live realizado con Esteban, pudimos profundizar en sus intereses y motivaciones en la investigación de personas mayores de la comunidad LGTBIQA+, así como de las notables experiencias, discursos y casi manifiesto que pudo obtener de las entrevistas a personas mayores gay y lesbianas de distintas comunas de Santiago y de Viña del Mar. En este espacio Esteban nos comentó lo difícil que fue encontrar antecedentes, estudios y experiencias que visibilizaran la vida de personas de la comunidad y sus procesos de envejecimiento, siendo menos visible aún, la información sobre los envejecimientos lésbicos y bisexuales. También nos contó, cómo desde las mismas entrevistas pudo identificar diferencias importantes que se observan entre la 3era (de 60 a 79 años) y 4ta edad 8sobre 80 años), así como entre las expectativas y mandatos heteronormativos que diferencian lo femenino y masculino. Además, relevó la importancia del contexto sociocultural, político y familiar que antecedió las juventudes y adulteces de quienes hoy son personas mayores de la comunidad, frente a esto Estaban nos señaló «las personas gays por ejemplo, sabemos desde chicas que somos somos gays porque tenemos un imaginario social sobre la homosexualidad masculina, pero cuando una lesbiana de por ejemplo 70 años, en su pubertad no tenía referentes, por tanto, los closet funcionan distintos entre las trayectorias lésbicas y las trayectorias gays…«.

Para seguir conociendo más, te invitamos a ver la entrevista completa haz click en este Live.

2da fase: emparejar la cancha y educar

Posterior a las acciones previas de difusión de la primera fase, realizamos en formato Clase Magistral, un encuentro formativo y abierto a toda persona interesada, lo llamamos Salud mental de las personas mayores de la comunidad LGTBIQA+.

Para ello invitamos nuevamente a nuestros amigues del Centro Espacio Seguro. En esta oportunidad, nos acompañó Constanza Galvez, a quien la convocamos con el desafío de emparejar la cancha e introducir conceptos y temáticas globales sobre género y diversidades sexo genéricas.

Constanza, comenzó explicando las diferencias entre características sexuales y sexo registral, identidad y expresión de género, atracción afectiva y sexual, y cómo todo esto construye lo que entendemos por sexualidad humana. Además, nos compartió una muy buena herramienta para explorar personalmente estos conceptos: el unicornio del género. Al final de su exposición, nos mostró diversos estudios que evidencian que pertenecer al colectivo LGBTIQA+ es un factor de riesgo para la salud mental, sobre todo en familias, comunidades y sociedades donde predomina la cultura hetero-cis-patriarcal.

Parte de la presentación de Constanza en la clase Magistral

En la segunda parte de la clase, expuso Patricia Pinto Aguilar, quien relevó la necesidad de abordar la gerontología desde un enfoque interseccional y de derechos. Si las personas mayores en general se encuentran abandonadas por las políticas públicas, esto se acrecienta hacia personas mayores LGBT+, un grupo aún más invisibilizado y vulnerado.

Parte de la presentación de Patricia en la Clase Magistral

Luego, Patricia nos hizo un recorrido por la escasa literatura disponible y especializada, en la salud mental de este grupo, mostrándonos las consecuencias de haber vivido épocas altamente homo-lesbo-transfóbicas, los dilemas y pérdidas que puede experimentar este grupo, pero también mostró un estudio que señala que hay personas mayores que tienen mayor capacidad de resiliencia en la vejez al haber estado expuestas históricamente a la discriminación, un complejo antecedente que hace una llamado urgente a la toma de conciencia.

Por otra parte, Patricia nos invitó a reflexionar sobre el rol que la psicología y la psiquiatría ha tenido históricamente en la patologización de la diversidad sexual y de género, haciendo un llamado a cambiar el rumbo de estas disciplinas, a través de incorporar la interseccionalidad, educarnos y construir espacios libres de discriminación y de violencia. También hizo un llamado a las organizaciones y colectivos que luchan por los derechos de las diversidades y del feminismo a incluir en sus discursos y banderas los derechos de las personas mayores. ¡El llamado es a que el activismo debe ser intergeneracional!

Finalmente, expuso el profesional colaborador de Espacio Reconto Azul Puig, adentrándonos en la experiencia de personas mayores trans* (transgénero, transexuales y travestis).

Interesante línea del tiempo con los principales hitos que impactan a la comunidad LGTBIQA+ en Chile

En primer lugar, comenzó aclarando que no existen datos precisos sobre la expectativa de vida de las personas trans en Latinoamérica. Sí hay información sobre mujeres trans trabajadoras sexuales de sectores urbanos, donde se habla de un promedio de 40 años de vida. Sin embargo, esto no podría extrapolarse a toda la población trans (mujeres, hombres, no binaries, etc.), pues hay otros factores a considerar. También nos cuenta que las transiciones de género pueden ser a cualquier edad, desde la infancia hasta la vejez, lo que hace muy diversas las trayectorias de vida de las personas trans adultas.

Lo más valorado de nuestro espacio fue la participación de Patricio Vega, quien se define a sí mismo como hombre mayor trans de 64 años. Patricio nos transmitió sus reflexiones respecto a haber vivido un contexto donde no existía el concepto “trans”, los hombres trans o trans masculinidades no existían en el imaginario social, mientras que las trans femenidades solamente eran reconocidas en el rol de trabajadora sexual y expuestas a múltiples violencias y exclusiones sociales. Asimismo, él pertenece a una generación que vivió de inicio a fin la dictadura militar en Chile, periodo donde ser una disidencia sexual aumentaba el riesgo de ser violentado por las fuerzas militares y no existían garantías ni información sobre los derechos de la población LGBTIQA+. En este contexto, Patricio nos menciona que es común que existan personas de 40 años hacia arriba que solo recientemente hayan sido capaces de vivir abiertamente su identidad y/o su sexualidad.

Patricio Vega

La clase finalizó con la siguiente pregunta: ¿Cómo puedes contribuir al bienestar y la dignidad de las personas mayores LGBTIQA+ desde tu labor profesional o tu rol ciudadano? Las reflexiones fueron muy interesantes, conmovedoras y llenas de motivación a querer generar cambios desde el espacio personal, laboral y del territorio.

¡Estos fueron los comentarios!, ¿y tú que nos lees, cómo contribuirías?

Pregunta que nos hizo en la Clase Magistral Azul Puig y Patricio Vega

Por sociedades inclusivas con todas las edades y diversidades

En Espacio Reconto buscamos visibilizar que las personas mayores LGBTBIQA+ sí existen y tienen mucho que contar sobre su experiencia de vida. Por ello, realizamos una entrevista a Patricio Vega, donde pudimos conocerlo a él y su historia. Allí nos comentó las principales dificultades que vivió a lo largo de su vida y cómo su transición de género a los 60 años fue un renacimiento para él.

Patricio hace un llamado a les profesionales de la salud y de la salud mental a educarse sobre las vivencias trans. Por otro lado, les dice a las personas mayores LGBTBIQA+ que siempre es momento para vivir como elles quieren.

¡Te invitamos a ver esta emotiva y potente entrevista, vela aquí o por nuestro canal de YouTube!

Cápsula de la entrevista realizada por Azul Puig a Patricio Vega. Grabación y edición Sofía Del Pozo

Próximas fases: la diversidad sexo-genérica en personas mayores, un camino que recién se está edificando

Frase compartida por Constanza Galvez, psicóloga y una de las directoras del Centro Espacio Seguro

Tenemos grandes desafíos, como Espacio Reconto estamos dando los primeros pasos, estamos visibilizando e instando la temática, pero queda todo por avanzar y construir de forma colaborativa. Estamos planificando nuevos espacios de difusión, talleres educativos y ojalá más temprano que tarde espacios clínicos inclusivos para personas mayores, para que todes se sientan bienvenides, incluida la comunidad LGTBIQA+, anhelamos también crear o participar espacios de investigación para aportar con la experiencia y desde el contexto sociocultural chileno y local.

¿Estamos en el mismo camino?

¿Conoces o eres una persona mayor LGBTBIQA+ que quiere contar su historia?

¿Perteneces a una organización o eres profesional del área de la salud mental con experiencia y/o formación en diversidad sexo-genérica y te interesa el abordaje intergeneracional y/o trabajo con personas mayores?

¿Perteneces a la academia y te interesa comenzar a abordar estas temáticas?

¿Eres parte de un medio de comunicación y te genera interés genuino esta temática?

¡Estamos en el momento justo, escríbenos a info@espacioreconto.com

Día de la Salud Mental, 10 de octubre

Por Bertha Ochoa, psicóloga Espacio Reconto

El 10 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un día en donde organizaciones, gobiernos y profesionales en diferentes partes del mundo unen esfuerzos por evidenciar los logros, los alcances y la importancia de la salud mental en la población, sin embargo, es necesario evidenciar la urgencia de las necesidades que representa la falta de salud mental en personas de todas las edades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) define la salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU, 2018), la salud mental es un derecho humano. Hoy más que nunca el tema de salud mental esta sobre la mesa, esta presente en las agendas y en las prioridades de la mayoría de los gobiernos de diferentes países del mundo, esto como consecuencia de la Pandemia por COVID-19, si algo vino a evidenciar la pandemia fue la importancia de estar bien con nosotros mismos y los demás.

Sin embargo, hay una brecha importante y sobre todo alarmante entre la salud física y la salud mental, ya que en ningún país del mundo hay una igualdad entre estas disciplinas, si consideramos la práctica profesional, presupuesto, educación, espacios y promoción de las mismas, la salud mental sigue siendo olvidada, rezagada e invalidada.

Es importante recordar que una persona se suicida cada 40 segundos alrededor del mundo, cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno mental. Hoy 10 de octubre es un buen día para unir esfuerzos a nivel global y recordar que sin salud mental no hay salud, no tener salud mental nos puede imposibilitar de ir a la escuela o a trabajar, no tener salud mental significa no reconocer y manifestar nuestros sentimientos, no poder interactuar con los demás, no disfrutar la vida, no estar satisfechos con nosotros mismos, entre muchas cosas más.

En la medida de que vamos envejeciendo estos derechos no se pierden, la salud mental es uno de ellos.

Lo único que sé es que cualquier persona que quiera puede mejorar su bienestar

Carl Rogers

¿Sabías que la OMS diseñó un Plan de acción sobre salud mental para ser difundido e implementado entre el año 2015-2020? Te invitamos a conocerlo.

15 de junio Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez: hablemos de violencia estructural y suicidio.

15 junio, violencia estructural y suicidio

Ilustración sobre persona mayor que se suicidó en Costanera Center, Chile.
Autor de ilustración desconocido/a


Todos los años hemos sido testigos de cómo varias personas han decidido terminar con su vida en el templo del consumismo chileno, el Costanera Center, en Santiago de Chile.

Esta vez el 11 de junio de este año ocurrió un nuevo suicidio, en esta oportunidad de un hombre mayor. Evento que vuelve a impactar fuertemente los ojos de quienes estuvieron presentes y también de todes quienes presenciamos la lamentable noticia a través de los medios de comunicación. Sin embargo, lo que más se ha destacado en los medios y RRSS es la falta de humanización, empatía, descriterio, ante la posible naturalización que se está generando de este tipo de hechos.

Es triste, indignante, aunque no llamativo, que ese día los encargados del mall y las miles de personas que estaban de compras o de paseo en el Costanera Center, no hayan hecho más que continuar con su vida cotidiana. El mall no cerró sus puertas, las tiendas no dejaron de atender, ni tampoco las personas que transitaban hicieron el intento de retirarse, para que el mall se viera en la obligación ética y moral de priviligiar el respeto por la persona recién fallecida, por sobre los pesos que perderían en las horas que hubiese bastado para poder realizar el procedimiento, sin los miles de ojos voyeristas.

Y es que todo lo que ocurrió ese día, es fiel reflejo de la violencia estructural que ronda en torno a la vida humana, y en este caso de una persona mayor. El privilegio del consumo por sobre la vida humana y la supremacía del interés personal por sobre el colectivo y en este caso frente a una persona que optó por quitarse la vida. El ser transparente, no escuchado, no respetado, aislado, tapado con con carpa azul ante la mirada de miles que te dejaron en el vértice, bordeando el desecho… Esto también es violencia estructural, porque pasa a ser constituida y ejercida por la sociedad en su completitud y claro, promovida por el sistema capitalista, neoliberal y en este caso viejista.

Los suicidios en personas mayores no son aislados, de hecho es el grupo etario que presenta la tasa más alta respecto a los otros grupos. En efecto, son los hombres sobre 60 años, quienes más ejercen suicidio, de forma más letal y violenta.

Es por esto que hoy, el día contra la violencia y abuso contra las personas mayores, quise hablar sobre el maltrato estructural que presenciamos frente al fallecimiento por suicidio, de un hombre mayor. Para ello, quiero aportar a la reflexión con un artículo que escribí hace unos años en el contexto del Magíster de Psicogerontología, y que decidí actualizar y contextualizar en marco Pandemia Covid, fue publicado en enero de este año por la Revista Geronte de México y pienso que hoy es el día preciso para compartirlo con todes.


Opinión: Día de los Derechos Humanos, 10 dic

Hoy 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos, día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).

La DUDH es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Está disponible en más de 500 lenguas y es el documento que más se ha traducido en todo el mundo.

Para instar a la países a garantizar los derechos de grupos específicos que tienden y siguen siendo vulnerados, se han diseñado Convenciones internacionalea específicas, entre las que se encuentran:

💜 La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés).

👥 Convención sobre los Derechos del Niñx.

👩‍🦯 Convención específica de los derechos de las Personas con Discapacidad.

👩🏿Convención Internacional de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD).

👵🏽¿Y que pasa con las personas mayores?

En la mayoría de los países se siguen vulnerando y no se garantizan sus DD, no existen leyes específicas o no están a nivel constitucional, por lo que se siguen restringiendo sus derechos y no se insta a empoderamiento ni concepción de sujeto de derechos.

Es por esto, que el 2015 salió a la luz la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

Fue un trabajo arduo de más de 6 años, de muchos actores y organizaciones. Se crea a nivel interamericano, porque no cumplió cuorum para hacerse a nivel internacional.

Cubre la gama de derechos a ser protegidos para las personas mayores, desde los civiles y políticos, hasta los económicos, sociales y culturales.

Está firmada solo por 7 países de la región, aún falta mucho por avanzar! ✊🏽

Revisa aquí la declaración de la ONU

Revista Qué Pasa del Diario La Tercera, publicó mi columna sobre «Residencias, Covid-19 y Derechos Humanos». Jun 2020

Te invito a leer la síntesis actualizada de mi columna sobre «Residencias para personas mayores, Covid-19 y derechos humanos», que publicó hoy la Revista Qué Pasa del Diario La Tercera, medio de comunicación chileno.

Pasa a leer directo en el siguiente link

https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/residencias-para-personas-mayores-covid-19-y-derechos-humanos/2HQKTLZEUNGL7AMPMVCUW64B5M/

Columna de opinión. Residencias para personas mayores, COVID y derechos humanos. Autora Patricia Pinto. Jun 2020

04 de mayo 2020

Antes de comenzar, quiero decir que escribir esta columna me ha sido muy difícil. Pensaba que tal vez no encontraría las palabras para dimensionar lo complejo que debe ser para las personas mayores residentes, los equipos de trabajo y los familiares, estar viviendo la crisis sociosanitaria más grave de la época moderna, siendo, además, la que ha impactado de manera tan desgarradora a este grupo. Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud ha identificado a las personas mayores que viven en estos centros como una población vulnerable que tiene un riesgo mayor a la infección, debido a la convivencia con otros que no son sus familiares (OMS, 2020).


El impacto, gravedad y letalidad del contagio del COVID-19 en las residencias, comenzamos a presenciarlo mediante los medios de comunicación internacionales, los que aludían a la gran cantidad de personas mayores contagiadas en estos centros habitacionales. Según datos recientes, se estima que se han registrado más de 16.000 fallecidos por esta causa, y esto, sólo en residencias de personas mayores en España (BBC, 2020).


Frente a esta lamentable situación, las críticas han sido principalmente dirigidas a la falta de información y mala gestión de las autoridades, así como a las medidas insuficientes en torno a esta población altamente vulnerable. A la vez, se cuestiona el manejo de los equipos intraresidenciales, se menciona por ejemplo, la escasa claridad de la información respecto al estado de salud de los residentes, llegando en algunos casos, a no informar a los familiares sobre fallecimiento de sus parientes, de esta manera se vulnera una gran cantidad de elementos esenciales de derechos humanos que se indica según organismos internacionales, que deben estar presentes en los servicios de cuidado a largo plazo, como se observa en la siguiente gráfica:

De manera paralela se han ido conociendo paulatinamente algunos testimonios de integrantes de equipos de residencias, quienes también interpelan, destraban malas prácticas y refieren los altos niveles de angustia, estrés, cansancio, incertidumbre y desorientación experimentados durante este periodo, demostrando así el impacto gravísimo a nivel de la salud mental de los residentes y equipos, sin dejar de incluir el temor a ser contagiados y la sensación de que están arriesgando sus familias y vidas por su trabajo.

La pandemia y su impacto en las personas mayores institucionalizadas, el caso chileno
Las estadísticas de los casos confirmados de coronavirus y de las muertes asociadas no solo han aumentado, sino que han ido al alza día tras día. Al día de hoy, martes 3 de junio del 2020, el Ministerio de Salud anunciaba que se han pesquisado y confirmado 21.605 personas que presentan el virus y que, a la fecha, han fallecido 1.275 bajo la misma premisa, siendo una curva de rápido ascenso, que aún no muestra llegar a su pick. Respecto al grupo etario que ha sido más impactado en nuestro país es la población de los 25 a 54 años donde se encuentra el 62,3% de las personas contagiada. Por su parte, las personas mayores, que van de los 60 años en adelante, cubren el 14,6% de la población contagiada. Algunos dirán que no es preocupante ese porcentaje, sin embargo, según lo extraído del Informe Epidemiológico n° 22 del Ministerio de Salud del 1 de junio de este año (MINSAL, 2020), a pesar de que las personas mayores no son el grupo etario con mayor número de contagios, el problema está en que este grupo presenta la tasa más alta de hospitalización, por tanto de complejidad del cuadro, además, son los hombres mayores quienes presentan más riesgo de hospitalización e incluso doblan la tasa en relación a las mujeres. Considerando estos datos, las personas mayores presentan un riesgo más alto de letalidad.

¿Y qué pasa con las personas mayores en residencias de larga estadía? Hemos visto, al igual que ocurre en otros países, y esperemos no lleguemos a los números de España, ha ido en aumento la cantidad de personas mayores contagiadas con COVID-19. Hace un poco más de una semana, la SEREMI de Salud convocó a una reunión de emergencia a representantes de SENAMA, de la Agrupación de ELEAM y de otros departamentos técnicos del MINSAL, con el objetivo de revisar la situación de estos centros, los que al 25 de mayo contaban con 137 brotes de COVID-19 al interior de sus instalaciones (SEREMI, 2020).

La situación es sumamente crítica, en los 419 ELEAM formalizados, es decir, que cuentan con autorización sanitaria y que suman 4.000 residentes, el 20% de esas personas mayores (¡801 personas!) han contraído el virus. Además, según información de La Tercera del 29 de mayo, el 22,1% de los decesos de la región metropolitana fueron de personas mayores institucionalizadas (La Tercera, 2020).

Durante el periodo de pandemia, la SEREMI ha fiscalizado a cerca de 200 ELEAM, es decir, sólo el 48% de los 419 centros con autorización, de los cuales ha iniciado 112 sumarios sanitarios, por tanto, se han encontrado deficiencias sanitarias en un 60% de los centros fiscalizados. Las principales faltas son: la ausencia de Director Técnico, escases de personal y falta de supervisión en uso y disposición de equipo de protección personal, como mascarillas, batas y otros. Importante destacar que tanto los brotes de COVID como los sumarios, han ocurrido en todo tipo de residencias, sean públicas o privadas. Esto fue presenciado en un inicio en residencias en Ñuñoa, Puente Alto y luego se han pesquisado nuevos en focos en distintas comunas y ciudades de nuestro país.

Lamentablemente estos datos tan alarmantes, corresponden sólo la información oficial, a la que podemos acceder, pensemos y les traigo a la mesa un documento del Instituto Nacional de Derechos Humanos, quienes el 2018 presentaron una radiografía de los ELEAM en Chile, mencionado que del 2012 al 2018, se registraron a lo largo de Chile 1.024 denuncias relacionadas con los ELEAM, entre ellas se menciona que a esa fecha, de los 717 establecimientos de larga estadía, 457 funcionan de forma clandestina, donde más del 90% se concentra en la Región Metropolitana. Además, se realizaron diversas denuncias, 119 por maltrato, 80 por déficit en condiciones sanitarias, 23 por falta de cuidados y las otras denuncias fueron por déficit en el recurso humano o infraestructura deficiente (INDH, 2018). En síntesis, se puede asegurar que aproximadamente existen entre 400 a 500 ELEAM clandestinos, sin autorización, no regulados y, por lo tanto, no fiscalizados. Lo que ocurre al interior de dichos espacios seguirá siendo una incógnita, hasta el día que existan denuncias respecto a su funcionamiento y el estado de salud de las personas mayores y de los equipos de trabajo.

Junto con esa cruda realidad que queda a la penumbra, existen otras experiencias de equipos de ELEAM de trabajan con el interés genuino de ofrecer una buena calidad de la atención, de realizar acompañamientos terapéuticos interdisciplinares, en donde fluyen las ideas innovadoras, el anhelo de un trabajo en equipo, la implementación de acciones y actividades que promuevan el buen trato y el respeto a los derechos humanos de los residentes. Y sé de primera fuente, que en ambos espacios se ha hecho todo lo humanamente posible para evitar los brotes de contagio e intentar a toda costa que esto genere un desmedro en la calidad de vida, lo que es sumamente difícil y en momentos imposible.

Y esta última, es la experiencia que tuve en los dos centros de larga estadía en los que trabajé y por eso me duele tanto seguir viendo noticias que muestran acciones negligentes en las que se vulneran derechos, sea por desconocimiento o con alevosía.
Volviendo a la importante reunión convocada por la SEREMI, en ella participó Mario Melin, vocero de los ELEAM de la Región Metropolitana, quien describió cómo han enfrentado la crisis del COVID-19, señalando que “ha sido un trabajo duro, ya que los ELEAM no estábamos preparados para una pandemia” (SEREMI, 2020).

Es verdad, ¿qué organismo pudo prever la rapidez y tan alta tasa de contagio?, ¿quién o quiénes pueden estar preparados para enfrentar una catástrofe de esta envergadura?, ¿con qué recursos tanto internos a las residencias como del intersector pueden dar cabida a la cantidad y gravedad de los casos?, y junto con esto, me pregunto también, ¿los familiares siempre están al tanto de los protocolos de acción dentro de las residencias, estaban en contacto con su madre, padre o abuelos/as, los visitaban, acompañaban?, ¿cuántos profesionales y técnicos, entre ellos mis colegas psicólogos/as se forman y quieren dedicarse al trabajo con personas mayores y trabajar en una residencia?, ¿cómo los grandes empresarios y directivos de las fundaciones no pensaron que el formato actual de residencias, que incluye más de 70, 100 o 200 personas por casa, no podría ser un foco no sólo de contagio, sino un formato irreal de hogar?.

Todas y muchas otras preguntas resuenan en mi cabeza, a propósito de mi experiencia en una pasantía que hice en una residencia pública en Barcelona hace 4 años, y luego en mi trabajo como psicóloga en una residencia de larga estadía en Santiago de Chile durante casi 3 años años, labor que terminé hace unos meses y semanas antes del inicio del COVID. Sin saberlo, es probable que haya sido la ultima vez que haya visto a los ojos a tantas de las queridas personas mayores que conocí en dichos espacios. Y eso duele, se me aprieta el corazón al recordar todos los espacios de encuentro que fomentamos y que hoy son imposibles de realizar. Muchos recuerdos de mis días de trabajo en ambas residencias se han venido a mi mente durante estos días, los recuerdo vívidamente, a propósito de tantas noticias, de tantas malas noticas, que veo y escucho a diario en relación al impacto del coronavirus en las personas mayores que viven en residencias.

Destaco y pongo el acento justamente en la transversalidad de la responsabilidad y sin ánimo de encontrar culpables, sino de hacernos a todos y a todas responsables de la exclusión, discriminación, abandono e incluso deficiente calidad de la atención que se ha brindado a este grupo etario y que, nos duela o no, hemos promovido y no hemos querido ver. Con esto me refiero principalmente al contexto chileno, donde desde la más alta autoridad hasta el ciudadano/a común como cada uno de nosotros y nosotras, ha dejado a nivel de desecho de la sociedad a las personas mayores. Puede que sea crudo leerlo, pero es verdad y tu lo sabes, porque lo has visto y no has reparado en ello. Si no lo crees, te cuento que el mismo Servicio del Adulto Mayor -SENAMA- el año pasado mencionaba: las personas mayores son constantemente y siguen siendo vulneradas en sus derechos fundamentales, primando situaciones de abandono, maltrato psicológico y abuso patrimonial (SENAMA, 2019). Por lo mismo, y tal vez me duela decirlo, pienso que hemos creado una sociedad que favorece que las personas mayores sean un grupo invisible en relación a sus necesidades. Y por su parte, la crisis sociosanitaria del COVID viene a complejizar cada uno de los ámbitos de la persona mayor, incluyendo la precariedad en la que vive la mayor parte de ellos y ellas.

A la fecha, habrá cambiado escasamente esta realidad en relación a las deficiencias técnico, clínicas, administrativas de los ELEAM, los que hoy reflejan la crisis de las residencias de larga estadía y la urgencia de replantearnos como sociedad cómo y dónde queremos que vivan las personas mayores, dónde ellos y ellas quieren vivir y más aún, dónde y cómo queremos vivir nosotros y nosotras en el futuro cuando seamos mayores. Y con esta reflexión, no quiero estigmatizar ni tildar de negligentes a los equipos de los ELEAM, de hecho, he sido parte de ellos en dos residencias, conozco y he vivido la alta exigencia, la gravedad de situaciones a nivel de salud, relaciones y dinámicas interpersonales entre los residentes y del equipo. En varias oportunidades me dediqué a escuchar y contener cuidadoras de adulto mayor, quienes a pesar de la experiencia y conocimiento se veían sobrepasadas. A su vez, se demandaban por pate de los equipos, mayores recursos, así como espacios de formación, autocuidado y trabajo en equipo, los que como sabemos están en deudas en todos los ELEAM.

Por lo mismo, reitero mis palabras no son para apuntar con el dedo, sino como lo he mencionado a lo largo de esta columna, es un llamado de conciencia y responsabilización a nivel individual, comunitario e institucional. La crisis de las residencias no comenzó con la pandemia del coronavirus, se inició hace décadas, y como tantas otras demandas sociales tan relevantes, la dejamos guarda en un cajón, promoviendo así la vulneración de derechos de las personas mayores.

Para finalizar y reflexionando en torno a este escenario, hoy más que nunca debemos interiorizar el llamado de la OMS (2020), quien destaca que hay que garantizar que las personas mayores, independiente de su lugar de vivienda, sean protegidas de COVID-19 sin estar aisladas, estigmatizadas, dejadas en una situación de mayor vulnerabilidad o sin poder acceder a las disposiciones básicas y a la atención social. Hoy tenemos esa oportunidad.

Referencias
– BBC. (2020). Noticias internacionales. Coronavirus en España | «Murieron en silencio y solos”: la indignación de los familiares de los fallecidos en residencias para ancianos. Extraído de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52509480
– CEPAL. (2000). Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. “El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud”, Observación General N° 14 (E/C.12/2000/4), Nueva York, Consejo Económico y Social.
– Instituto Nacional de Derechos Humanos -INDH-. (2018). Derechos de las personas mayores y obligaciones del Estado: situación de los niveles de cuidado entregados por establecimientos de larga estadía. Chile
– Metropoli Abierta. (2020). Residencia gracia muertos críticos coronavirus. Extraído de https://www.metropoliabierta.com/el-pulso-de-la-ciudad/residencia-gracia-muertos-criticos-coronavirus_26471_102.html
– MINSAL. (2020). Informe epidemiógico n° 22 Enfermedad por SARS-Cov2 (COVID-19). Chile 1 de junio 2020.
– OMS. (2020). Coronavirus disease 2019 (COVID-19), 17 March 2020.
– SEREMI. (2020). SEREMI de Salud RM convoca a reunión de emergencia para revisar la situación de ELEAM. Extraído de https://seremi13.redsalud.gob.cl/seremi-de-salud-rm-convoca-a-reunion-de-emergencia-para-revisar-la-situacion-de-eleam/